Baldomero Fernandez Moreno, la denominó “casa mínima”, como resultado de subdivisiones en una época de escasez de viviendas y liberación de esclavos. Él la describe: ...“una fachada lisa, con una puerta a dos hojas en el medio pintada de verde con cerradura y falleba de hierro, el número en alto, como una flor en la solapa. Es de dos plantas, exactamente sobre la puerta hay un balconcito con barrotes verticales de hierro, detrás de la ventana de dos hojas se pueden ver dos cortinillas tejidas al crochet, producto de manos artesanales, a un lado del balcón un gran cacharro con geranios rojos, al otro lado otro cacharro con geranios rojos y en el intermedio cuatro macetitas con flores de multicolores. Y luego la cornisa, un repulgo de argamasa. La casa se prolonga hacia atrás pero, parece sola, con esa habitación, con esa celda”… Yo, agrego, tengo 2,5 metros de ancho y 13 metros de profundidad. Entre la puerta y el balcón, a la derecha, pende un farol. El revoque descascarado