Detrás del vidrio
Algunos
creen saber, presienten, intuyen, pero no tienen la certeza.
Se
les antoja que vivo en otra dimensión, que respiro otro aire, que
rio sin que entiendan el motivo, que me escondo detrás de los
paisajes.
Cuando
me quedo absorta, mirando las gotas del ventanal, que con las horas
se van masificando, escurriendo en rios y evaporando, se extrañan
por mis silencios, se preguntan dónde estoy, porqué no grito, no
golpeo, no desautorizo, no hablo, pero no tienen la certeza.
Yo
soy de acá y de allá.
Allá
es, encaje en las ramas, masajes en los pies, Almudena Grandes en la
mesa de luz, con sus frases larguísimas, que describen con magia el
allá de ella para mi. Antes, Eduardo Sacheri, Elena Santiago, Adolfo
Colombres, Irene Nemirovsky, el genio de Philip Roth y más, en la
estela de mis imagenes. Allá es la niebla que tapa las luces, la
liebre que se olvidó de correr, los pequeños en sus bicicletas, mi
hija que saca la tarta del horno.
Allá
es la fila interminable de hormigas, que nadan sin ningún estilo en
la inmensidad del azul del cielo. Dónde van? Donde hace calor, donde
hay cataratas de risas, de respiraciones profundas. Pronto van a
pegar la vuelta y desparramados van a buscar el alimento entre el
pasto de los jardines.
Allá
es donde amo, porque sí, porque puedo volver a mis silencios y
cerrar el círculo.
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