BINOCULARES

Atardece. El viento sopla esculpiendo masas grises de vapor, pero también, arranca, despeina, enfría.
Detrás de una ventana, se escucha el rasgueo de una guitarra, risas, el sonido de la cerveza tirada.
Detrás de una ventana, se reparte el puchero con pan.
Detrás de una ventana, se mastican lentamente, semillas de girasol. Una detrás de otra, hasta que se termina la tarea, enfrascados en masticar y mirar.
Delante de un puesto de diarios cerrado, a su amparo, un viejo muy flaco, con un gorro de lana en la cabeza y un sobretodo manchado por los deshechos de los días, cuida varios bolsas de plástico negro, resguardándose del inclemente. Eso cree él, a pesar de que los ojos están turbios y un temblor continuo hace presa de su cuerpo. Lo acompaña un cartel que dice: “Cambio binoculares con alcance de 50 metros por un carrito mediano con cuatro ruedas”.
¿Habrá buscado escotes femeninos desde el asiento de un palco?. ¿Habrá vestido traje y zapatos de cuero?. ¿Habrá brindado con champagne, dormido en una cama con edredón?. ¿Apostado en cien carreras de caballos?

Su vida la barrieron cien vientos y quizás éste sea el último.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS CUATRO FANTÁSTICOS

LA LEYENDA DEL DRAGON

LA DESPEDIDA