DETRÁS DEL VIDRIO
Algunos
creen saber, presienten, intuyen, pero no tienen la certeza.
Se les
antoja que vivo en otra dimensión, que respiro otro aire, que rio
sin que entiendan el motivo, que me escondo detrás de los paisajes.
Cuando me
quedo absorta, mirando las gotas del ventanal, que con las horas se
van masificando, escurriendo en rios y evaporando, se extrañan por
mis silencios, se preguntan dónde estoy, porqué no grito, no
golpeo, no desautorizo, no hablo, pero no tienen la certeza.
Yo soy de
acá y de allá.
Allá es,
encaje en las ramas, colores
en el ocaso, masajes en los pies.
Allá es
la niebla que tapa las luces, la liebre sorprendida que se olvidó de
correr, los pequeños en sus bicicletas, mi hija que saca la tarta
del horno.
Allá es
la fila interminable de aves, que nadan sin ningún estilo, cuando me
pierdo en la inmensidad. ¿Hacia donde van? Hacia el calor, hacia el
alimento en las plazas, en los jardines, en el campo generoso.
Allá es
donde amo, porque sí, porque puedo volver a mis silencios y cerrar
el círculo.
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